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miércoles, 23 de noviembre de 2011

ORIENTACIÓN ACADÉMICO PROFESIONAL

LA ORIENTACIÓN ACADÉMICO-PROFESIONAL COMO CONCEPTO:
DEFINICIÓN, PRINCIPIOS Y OBJETIVOS
1.1. Definición de la orientación académico-profesional
Como se señaló en el primer capítulo, fue la orientación profesional la que inicialmente
constituyó el origen de una disciplina que con el paso del tiempo ha ido ampliando
sus horizontes. La expresión inicial –vocational guidance– recibió en Europa
la denominación de orientación profesional, aunque hoy muchos expertos la denominan
orientación para el desarrollo de la carrera, en referencia a uno de sus movimientos
más importantes.
Aunque la mayoría de los autores y autoras utilizan la expresión orientación profesional,
se considera que la orientación académica tiene entidad propia en tanto que
supone por un lado, una orientación para el desarrollo de la etapa académica del individuo
y por otro, constituye una etapa preparatoria previa al desempeño profesional.
Por este motivo, a partir de ahora, se designará este tipo de orientación como
orientación académico-profesional.
Existen dos formas de concebir la orientación académico-profesional: la primera considera
la orientación académico-profesional como una necesidad puntual de los sujetos
en el momento vital en que se produce la incorporación al mundo del trabajo;
[225]
Orientación educativa: fundamentos teóricos, modelos institucionales y nuevas perspectivas
Capítulo 5
Orientación
académico-profesional
la segunda considera que el desarrollo profesional es un proceso que se extiende
durante toda la vida y que engloba no sólo el acceso a una ocupación, sino también
la adaptación y desarrollo personal y profesional en ella. Esta última es la postura más
extendida en la actualidad.
El cambio de modelo puede apreciarse en las definiciones que se han dado de la
orientación profesional a lo largo de su historia:

Capítulo 5 Orientación académico-profesional
DEFINICIONES DE ORIENTACIÓN PROFESIONAL

Parsons (1909)

Orientación profesional es “la acción de proporcionar a la juventud: 1.una clara comprensión
de la aptitudes (propias y ajenas), de las capacidades, intereses, ambiciones,
medios, limitaciones y sus causas; 2.conocimiento de los requisitos y
condiciones de éxito, ventajas, compensaciones, oportunidades y perspectivas en las
diferentes clases de trabajos; 3.una eficaz discusión de las interrelaciones de estos
dos grupos de factores”.


National Vocational
Guidance Association
(1937)

Definición
Orientación profesional es “la acción de proporcionar a la juventud: 1.una clara comprensión
de la aptitudes (propias y ajenas), de las capacidades, intereses, ambiciones,
medios, limitaciones y sus causas; 2.conocimiento de los requisitos y
condiciones de éxito, ventajas, compensaciones, oportunidades y perspectivas en las
diferentes clases de trabajos; 3.una eficaz discusión de las interrelaciones de estos
dos grupos de factores”.
“Orientación Vocacional es el proceso de asistir al alumno para elegir una ocupación,
a prepararse a ella, ingresar y progresar en ella”.


Mira y López
(1947)43


La orientación profesional es “una actuación científica compleja y persistente, destinada
a conseguir que cada sujeto se dedique al tipo de trabajo profesional en el que
con menor esfuerzo pueda obtener mayor rendimiento, provecho y satisfacción para sí
y para la sociedad”.


Conferencia General
de la Organización
Internacional
del
Trabajo (1949)


Orientación profesional es “la ayuda prestada a un individuo para resolver los problemas
referentes a la elección de una profesión y al progreso profesional, habida cuenta
de las características del interesado y de la relación entre éste y las posibilidades del
mercado de empleo”.


Super (1951)


“Orientación vocacional es el proceso por el que se ayuda a una persona a desarrollar
y aceptar una imagen adecuada e integrada de sí misma y de su rol en el mundo del
trabajo, a someter a prueba este concepto en la realidad cotidiana y a convertirlo en
realidad para satisfacción de sí misma y beneficio de la sociedad”


García Hoz
(1975)


“La orientación profesional se define como el proceso de ayuda a un individuo para
que sea capaz de elegir y prepararse adecuadamente para una profesión o trabajo determinado”.


Castaño López-
Mesas (1983)

“La orientación vocacional es un proceso de maduración y aprendizaje personal a través
del cual se presta una ayuda al individuo para facilitarle la toma de decisiones vocacionales,
con el objeto de que logre un óptimo de realización personal y de
integración a través del mundo del trabajo”.


Autor/a
Rodríguez Moreno
(1992)

Definición
“Programa sistemático de información y experiencias educativas y laborales coordinadas
con la labor del orientador, planificadas para auxiliar en el desarrollo profesional
de una persona”.


MEC (1992)


“Proceso de ayuda al individuo, mediante el cual éste
- identifica y evalúa sus aptitudes, competencias e intereses con valor profesionalizador;
- se informa sobre la oferta formativa y la demanda laboral accesible para él, en la actualidad
o en un futuro próximo y,
- en función de ambos conjuntos de variables, toma una decisión sobre el itinerario
formativo a seguir, o en su caso, la modifica con el objeto de lograr una inserción profesional
y social satisfactoria.”


Álvarez (1995)


“Entendemos por orientación profesional el proceso sistemático de ayuda, dirigida a
todas las personas en período formativo, de desempeño profesional y de tiempo libre,
con la finalidad de desarrollar aquellas conductas vocacionales que le preparen para
la vida adulta”.

Rivas (1995)

La orientación profesional es “el proceso estructurado de ayuda técnica, solicitado
por una persona que está en situación de incertidumbre con el fin de lograr el mejor
desarrollo de su carrera profesional mediante la facilitación y clarificación de cuanta
información relevante sea precisa, para que tras la evaluación de sus propias experiencias
y el contraste con el mundo laboral, pueda llegar a la toma de decisiones vocacionales
realistas y eficaces”.


A pesar de las diferencias que, fruto de la evolución de la Orientación en general y
de los contextos donde se aplica, han ido apareciendo en las definiciones de orientación
profesional, es posible apreciar ciertos elementos comunes:
En primer lugar, la orientación profesional es un proceso de ayuda que se establece
entre un profesional y una persona que se enfrenta a la preparación, acceso, adaptación
y progreso en una profesión, lo que a su vez implica el desarrollo de otros procesos
personales como, por ejemplo, la toma de decisiones. Las definiciones más
cercanas en el tiempo inciden en este carácter de continuidad vital que tiene la orientación
profesional. Así, resulta coherente hablar de orientación académico-profesional,
desde el momento que este proceso se inicia en el marco de la educación
formal, a través del autoconocimiento, la adquisición de competencias básicas para
el futuro desempeño profesional o la elección de itinerarios conducentes a adquirir
unas habilidades y conocimientos diferenciados.
Otra característica común a la mayoría de las definiciones es el carácter socializador
–más o menos explícito– de la orientación académico-profesional. Por una parte,
[227]
Orientación educativa: fundamentos teóricos, modelos institucionales y nuevas perspectivas
Fuente: Elaboración CIDE a partir de Rodríguez Moreno (1998), Pérez Boullosa y Blasco (2001) y Sebastián
Ramos (2003).
Autor/a
Rodríguez Moreno
(1992)
MEC (1992)
Álvarez (1995)
Rivas (1995)
Definición
“Programa sistemático de información y experiencias educativas y laborales coordinadas
con la labor del orientador, planificadas para auxiliar en el desarrollo profesional
de una persona”.
“Proceso de ayuda al individuo, mediante el cual éste
- identifica y evalúa sus aptitudes, competencias e intereses con valor profesionalizador;
- se informa sobre la oferta formativa y la demanda laboral accesible para él, en la actualidad
o en un futuro próximo y,
- en función de ambos conjuntos de variables, toma una decisión sobre el itinerario
formativo a seguir, o en su caso, la modifica con el objeto de lograr una inserción profesional
y social satisfactoria.”
“Entendemos por orientación profesional el proceso sistemático de ayuda, dirigida a
todas las personas en período formativo, de desempeño profesional y de tiempo libre,
con la finalidad de desarrollar aquellas conductas vocacionales que le preparen para
la vida adulta”.
La orientación profesional es “el proceso estructurado de ayuda técnica, solicitado
por una persona que está en situación de incertidumbre con el fin de lograr el mejor
desarrollo de su carrera profesional mediante la facilitación y clarificación de cuanta
información relevante sea precisa, para que tras la evaluación de sus propias experiencias
y el contraste con el mundo laboral, pueda llegar a la toma de decisiones vocacionales
realistas y eficaces”.
esta disciplina contribuye al proceso de socialización de las personas en tanto facilita
una incorporación social efectiva a través del ingreso en una profesión (Pérez
Boullosa y Blasco, 2001). Por la otra, la orientación académico-profesional está dirigida
a conseguir un mayor rendimiento, provecho y satisfacción tanto personal
como social. Dentro de esta visión, inicialmente se enfatizó la correspondencia entre
los intereses y aptitudes del individuo y las características de la ocupación, como una
forma de garantizar el rendimiento y de cubrir las demandas del mercado laboral. Hoy
se tiene en cuenta que esta correspondencia también debe ir dirigida a facilitar el
desarrollo y la realización personal. La orientación académico-profesional ha pasado
así de ser un instrumento de selección y colocación profesional a ser un elemento
intrínsecamente educativo.
Por último, queda señalar el carácter técnico y profesional de este ámbito de la orientación,
lo que implica la cualificación del que orienta y la presencia del orientado, que
no obstante, debe ser el principal agente del proceso. Conforme la orientación ha
ido considerándose una cuestión educativa que va mucho más allá del mero “encaje”
entre cualidades del orientado y las características del puesto de trabajo, la especialización
de los profesionales dedicados a la orientación académico-profesional
se ha hecho patente. Hoy, la orientación académico-profesional, no sólo está presente
en el ámbito educativo, sino también en el mundo de la empresa, en consultoras,
asesorías o departamentos de gestión y formación permanente de recursos
humanos. Como consecuencia, los perfiles profesionales de quienes actúan como
orientadores y orientadoras en este contexto, se han diversificado y especializado en
los últimos años, contribuyendo con eso a extender la visión de la orientación académico-
profesional como un proceso extensible a todo el ciclo vital.
1.2. Principios de la orientación académico-profesional
Los principios de la orientación académico-profesional se desprenden de los principios
propios de toda orientación. Álvarez González (1995) y Caballero (2005) coinciden
en señalar tres principios fundamentales de la orientación académicoprofesional:
la prevención, el desarrollo y la intervención.
La prevención es uno de los principios de la orientación porque implica adelantarse
a las dificultades que previsiblemente pueden surgir, interviniendo tanto en situaciones
personales más o menos problemáticas como en los contextos que las provocan.
Sin embargo, hay autores como Pérez Boullosa y Blasco (2001), que sugieren
la necesidad de que la prevención se complete con una intervención orientadora de
tipo remedial. En ese sentido, señalan que el cambio terapéutico puede considerarse
un principio de la orientación académico-profesional ya que responde a de-
[228]
Capítulo 5 Orientación académico-profesional
mandas sociales concretas y se dirige a la solución de problemas laborales tales
como una difícil integración sociolaboral, la falta de habilidades para hacer frente a
un cambio en el trabajo o la incapacidad para la toma de decisiones.
En cualquier caso, la prevención en la orientación académico-profesional debe dirigirse
a dotar a los sujetos y grupos humanos de competencias que les ayuden a
afrontar con éxito situaciones de conflicto y también a influir en los contextos ambientales
en los que se produce su desarrollo vital. El principio básico de la prevención
–señala Caballero (2005)– ha de estar muy presente en los momentos críticos
vitales, cuando se producen transiciones entre diversas etapas, sea al inicio de la
escolaridad, en el paso a distintos ciclos y etapas educativas o en la incorporación
al mundo del trabajo y en los sucesivos cambios que se producen dentro de éste.
El principio de desarrollo engloba tanto el desarrollo académico y vocacional como
el desarrollo personal. Parte de la consideración del desarrollo como un proceso
madurativo que requiere tiempo y un proceso de construcción que supone la necesidad
de preparar el medio en el cual el sujeto va a construir su proyecto vocacional.
En este sentido, la propuesta de Rodríguez Espinar (1993:37) para trabajar
conforme a este principio es “dotar al sujeto de las competencias necesarias para
afrontar las demandas de cada etapa evolutiva o el proporcionarle las situaciones de
aprendizaje vital que faciliten una reconstrucción y progreso de los esquemas conceptuales
del mismo”. Así, cuando el sujeto se hace más consciente de las capacidades
y puntos fuertes de que dispone, resulta más probable que pueda influir sobre
las circunstancias de su vida: se trata, sin duda, de uno de los principales objetivos
de toda orientación.
Un tercer principio es el de intervención social. En general, la orientación atiende a
este principio en tanto actividad educativa de forma especialmente relevante cuando
se dirige al ámbito académico y profesional de las personas. La formación para un
desempeño vital incide no sólo en el contexto de origen, sino también en los escenarios
donde cada individuo se desarrolla profesionalmente. La educación se proyecta
en la sociedad de forma muy poderosa a través de la orientación
académico-profesional y se constituye como un verdadero agente de cambio. Las
manifestaciones de este principio pueden resumirse en tres: el trabajo sobre aspectos
concretos de la realidad educativa, la atención al orientado para que sea
consciente de las dificultades derivadas de su contexto, y el rediseño del currículo
educativo para una mayor coherencia entre lo que la orientación ofrece y lo que la
sociedad demanda. En definitiva, el principio de la intervención social trata de vincular
la acción orientadora al mundo del trabajo y otras situaciones de la vida real para contribuir
a transformarlas.
[229]
Orientación educativa: fundamentos teóricos, modelos institucionales y nuevas perspectivas
1.3. Funciones de la orientación académico-profesional
Los principios de prevención, desarrollo e intervención social se concretan en funciones,
que a su vez sirven para delimitar tareas y planificar objetivos. Caballero
(2005) establece cuatro funciones básicas de la orientación académico-profesional:
• Función diagnóstica. Trata la valoración y el diagnóstico de las necesidades del sujeto
para posibilitar su autoconocimiento y el desarrollo de su proyecto vital.
• Función de ayuda. Esta función engloba tareas como el asesoramiento y el consejo
personal, la formación en la búsqueda y utilización de la información, la ayuda
en el proceso de toma de decisiones y el apoyo en el desarrollo del proyecto vital.
• Algunos autores y autoras consideran que dentro de esta función, existen tareas
con entidad propia que pueden considerarse funciones en sí mismas. En este sentido,
Álvarez (1995) establece como funciones la de información, formación, ayuda
en la toma de decisiones, consejo y consulta.
• Función de planificación, organización y coordinación de la intervención. A través
de esta función se gestionan los programas educativos, con especial atención a
los contextos donde se desarrollan, los agentes educativos implicados, los recursos
y las actividades desarrolladas.
• Función de evaluación e investigación de la propia acción orientadora.
Para ilustrar la forma en que se concretan las funciones, la tabla 2 presenta una clasificación
que relaciona cada función con tareas específicas:


TABLA 2. FUNCIONES Y TAREAS DE LA ORIENTACIÓN ACADÉMICO-PROFESIONAL.
FUNCIONES
Planificación y
organización

TAREAS
Planificar los programas de Orientación Profesional.
Organizar y planificar las diferentes actividades de intervención y los recursos
necesarios para la acción orientadora.
Estimular a la organización para que proporcione el contexto adecuado y
que facilite el óptimo desarrollo de la carrera en el empleado o la
empleada.

Diagnóstico
Ayudar a un autoconocimiento del sujeto para así afrontar su toma de decisiones,
a que el sujeto sea consciente de sus posibilidades y de cómo
puede desarrollarlas y ponerlas en práctica, a estimular y mejorar las posibilidades
de la persona, ayudarle en su proyecto de vida, partiendo de
la representación de sí mismo.
Colaborar con el tutor o la tutora en el conocimiento del alumnado.


TABLA 2. FUNCIONES Y TAREAS DE LA ORIENTACIÓN ACADÉMICO-PROFESIONAL.
FUNCIONES
Información y
formación

TAREAS
Transmitir a los sujetos el interés y la motivación por informarse.
Proporcionar información de estudios, profesional y ocupacional; sobre las características
personales, ocupacionales y vocacionales; información y formación,
tanto al empleado/a como al empleador/a e informar y comprender la organización
del mundo laboral y del mercado de trabajo.
Desarrollar en el sujeto estrategias de búsqueda de información.
Conocer los recursos que la escuela y la sociedad ponen a disposición del sujeto.
Utilizar los medios tecnológicos como elementos de información y consulta.
Aproximar al sujeto al mundo del trabajo.
Planificar los itinerarios de inserción.


Ayuda para la
toma de decisiones


Ayudar al sujeto a desarrollar estrategias y procedimientos para afrontar el proceso
de toma de decisiones.
Organizar y sistematizar el concepto de sí mismo y del mundo laboral y así poder
planificar las estrategias para conseguir sus objetivos.


Consejo


Ayudar al sujeto a planificar sus objetivos vocacionales, y a los sujetos inmaduros
a afrontar el proceso de toma de decisiones.
Ayudar a las personas con capacidades excepcionales y a sus familias a elegir
aquellos objetivos que mejor se adecuen a su situación.
Ayudar a los sujetos a afrontar cualquier problemática vocacional.
Prestar especial atención a los problemas personales y de relación del empleado
o la empleada.
Facilitar de forma especial, ayuda y asesoramiento en los momentos de admisión,
promoción, cambio de ocupación y planificación de retiro.


Consulta


En relación con el centro: ayudar a diagnosticar necesidades de orientación profesional;
fomentar la orientación de profesores en aspectos vocacionales.
En relación con el profesorado: implicar a los profesores y profesoras en la acción
orientadora y otorgarles facilidades y recursos para su realización.
En relación con las familias: colaborar en el conocimiento de sus hijos e hijas y
facilitarles información, creando en ellos un clima de confianza para tomar decisiones.
En relación con las organizaciones: promover el cambio de actitudes y mejora de
relaciones.


Evaluación e
investigación

Afrontar la evaluación de la propia acción orientadora a nivel global y específico.
Informarse de las investigaciones más relevantes y utilizar sus conclusiones en la
práctica orientadora.
Investigar sobre la propia intervención orientadora.


1.4. Objetivos de la orientación académico-profesional
No es fácil establecer cuáles son los objetivos de la orientación académico-profesional.
Los continuos cambios que está experimentando nuestra sociedad, unidos a
las nuevas demandas del mercado laboral, hacen que la orientación para el desarrollo
académico y vital esté sometida a un continuo cambio.
No obstante, algunos autores y autoras han realizado propuestas de objetivos para
este contexto de intervención. Una propuesta que puede resultar ilustrativa es la de
Rodríguez Moreno (1992). Sus objetivos están diseñados para un programa educativo
acerca de la carrera profesional:
– Conocer las características y requisitos de las profesiones, tanto en los aspectos
técnicos como en los personales y sociales.
– Conocer las relaciones entre las características de la formación inicial y los requisitos
del mundo laboral.
– Conocer las relaciones entre la estructura del sistema educativo y el acceso a
diferentes áreas ocupacionales.
– Adquirir competencias académicas básicas.
– Desarrollar ciertas aptitudes y destrezas para el trabajo manual, la percepción,
la relación con los otros, la búsqueda de información y la toma de decisiones.
– Desarrollar hábitos para el trabajo autónomo.
– Desarrollar actitudes positivas y críticas hacia el trabajo.
– Adquirir competencias de planificación y liderazgo.
– Tener contacto supervisado con el mundo laboral.
– Favorecer la igualdad de oportunidades entre sexos mediante el acceso de
hombres y mujeres a aquellos puestos de trabajo cuyo perfil profesional ha venido
ligado tradicionalmente a uno de los sexos.
– Fomentar la inquietud por el aprendizaje y la formación a lo largo de la vida.
A estos objetivos se podrían añadir aquellos que se refieren al entrenamiento para
afrontar cambios, la movilidad laboral, la asunción de pequeños riesgos, las relaciones
interpersonales y la formación permanente.
Por su parte, la Ley Orgánica 5/2002, de 19 de junio, de las Cualificaciones y de la
Formación Profesional, recoge en su título III dedicado a la Información y la Orientación
profesional, las siguientes finalidades (art. 14):
1. Informar sobre las oportunidades de acceso al empleo, las posibilidades de adquisición,
evaluación y acreditación de competencias y cualificaciones profesionales
y del progreso de las mismas a lo largo de toda la vida.
2. Informar y asesorar sobre las diversas ofertas de formación y los posibles itinerarios
formativos para facilitar la inserción y reinserción laborales, así como la movilidad
profesional en el mercado de trabajo.
Como se ve, estas dos finalidades recogen las principales demandas que, ligadas
al mundo laboral y formativo, han ido surgiendo en los últimos años. Así, la extensión
de la orientación a lo largo de toda la vida, implica un incremento de los colectivos
susceptibles de orientación, que ahora incluyen de forma especial tanto los jóvenes
escolarizados, jóvenes que se encuentran fuera del sistema educativo, adultos, mujeres,
desempleados, etc. En este sentido, según la citada Ley, la cualificación y
orientación profesionales sirven “tanto a los fines de la elevación del nivel y calidad
de vida de las personas como a los de la cohesión social y económica y el fomento
del empleo” (exposición de motivos).

Por otra parte, las finalidades recogen una nueva característica del mercado de trabajo:
la movilidad. La orientación académico-profesional se configura dentro de este
nuevo contexto social y laboral como una herramienta para la igualdad de oportunidades,
la accesibilidad al empleo, la participación en los distintos ámbitos de la vida
social y el fomento de la formación a lo largo de toda la vida.

1.5. Contextos de intervención de la orientación académico-profesional
Como consecuencia de la nueva concepción de la orientación académico-profesional,
según la cual este tipo de orientación debe realizarse a lo largo de todo el ciclo
vital de la persona, se ha producido una ampliación del marco en el que la orientación
debe llevarse a cabo. Ya no se trata sólo del contexto de la educación formal
sino que abarca tanto el mundo de las organizaciones laborales –su contexto originario–
como incluso el del tiempo libre. Estos tres contextos resultan tan ilustrativos
de la orientación académico-profesional que algunos autores (Álvarez e Isús, 1998:
238) establecen una definición de orientación profesional a partir de ellos: “La orientación
profesional es una relación del hombre con el mundo del trabajo en el periodo
de formación (contexto educativo), en el trabajo propiamente (contexto de las organizaciones)
y en periodo de su desarrollo personal (contexto de tiempo libre)”.
La intervención en el contexto educativo tiene una vertiente tanto académica como
laboral. En este contexto se facilita información para la elección de itinerarios en función
de metas y características personales y profesionales del alumnado. El mismo
currículo de las etapas de Educación Secundaria está diseñado para facilitar la toma
de decisiones y garantizar a través de su optatividad una preparación más específica
de acuerdo con los intereses de los alumnos y alumnas. Así, las metas e itinerarios
académicos pueden contribuir a la preparación laboral y facilitar un ajuste

Orientación educativa: fundamentos teóricos, modelos institucionales y nuevas perspectivas
entre los intereses, motivaciones y aptitudes del alumnado y las necesidades y demandas
del mundo laboral.
En este sentido, en etapas como la Educación Secundaria y los estudios superiores
se trata de facilitar una transición al mundo laboral a través de tres ámbitos prioritarios
de intervención: la formación en competencias básicas, la orientación en la elección
de asignaturas e itinerarios y el desarrollo humano a través del entrenamiento
en la toma de decisiones y el ejercicio de la autonomía personal.
Un segundo contexto a considerar en la orientación académico-profesional es el organizacional
y laboral. Se sitúa preferentemente en el puesto de trabajo, lo que implica
diferentes necesidades de orientación en función de las distintas fases por las
que atraviesa la carrera profesional. Álvarez e Isús (1998: 238) identifican en este
contexto cuatro necesidades de orientación relacionadas con:
– El ingreso en la organización (proceso de selección, pronta adaptación a la organización).
– Establecimiento y avance (promoción, formación continua).
– Mantenimiento y declive (crisis a mitad de la carrera: búsqueda de nuevos objetivos,
abandono, cambios de trabajo).
– Planificación del retiro (adaptación a la nueva situación de disponer de más tiempo
libre).
La orientación académico-profesional en este contexto se dirige a ayudar al orientado
a conseguir metas laborales y a desarrollarse profesionalmente. Este objetivo se
considera uno más dentro de un proyecto vital más amplio, que engloba relaciones
que van más allá de las profesionales. La labor desarrollada por consultoras, departamentos
de selección de personal y formación continua de las empresas, así
como servicios de mentoría interna dentro las corporaciones e instituciones educativas,
se dirige a fomentar una mayor calidad de vida de las personas al tiempo que
contribuye a un mejor clima interno de la institución y a incrementar los estándares
de satisfacción, productividad y eficacia. En nuestro país existen algunas investigaciones
que apoyan la orientación académico-profesional especialmente en la educación
superior como uno de los factores favorecedores del éxito académico y
personal (Álvarez Rojo, 2001; González López y Martín Izard, 2004; García Nieto,
Asensio Muñoz, Carballo, García García y Guardia, 2004).
El tercer contexto en el que se desarrolla la orientación académico-profesional es el
socio-comunitario y de tiempo libre. Como señalan Buisán y Marín (1987), la gestión
del tiempo libre influye en el desarrollo profesional, ya que permite a las personas realizarse
en su dimensión social, así como autoconocerse o incluso, formarse académica
o profesionalmente. Durante el tiempo de que se dispone al margen del

Capítulo 5 Orientación académico-profesional
trabajo se suelen desarrollar actividades a través de las que es posible mantener
contacto con diferentes grupos o comunidades. Las instituciones, organizaciones
culturales o asociaciones, cada vez son más conscientes del papel que desempeñan
en el mundo laboral a través precisamente de actividades que parecen desarrollarse
de forma paralela al ámbito profesional. De hecho, muchas de estas actividades
se dirigen a proporcionar formación, a entrenar en el uso de las nuevas
tecnologías o en adquirir estrategias de búsqueda de empleo.
Así, se puede afirmar que lejos de resultar este contexto subsidiario de los otros
dos, la orientación que proporciona ha incrementado su peso en la formación global
de personas y sociedades en los últimos años.

2. ENFOQUES MÁS SIGNIFICATIVOS EN ORIENTACIÓN ACADÉMICOPROFESIONAL
Como consecuencia de la diversidad de escuelas y teorías psicológicas, existen multitud
de enfoques desde los que abordar la intervención en orientación académicoprofesional.
Un análisis de los enfoques reseñados por diversos autores puede
proporcionar una idea de cuáles son las visiones más extendidas.
Aunque como señala Rivas (1998: 57), no se trata de “optar por criterios frecuencialistas
de coincidencias”, lo cierto es que la mayoría de los autores coinciden en
señalar la importancia de determinadas teorías a la hora de explicar el proceso de
orientación profesional. En general, los autores hablan de enfoques cuando se refieren
a aproximaciones teóricas desde las que abordar un proceso de intervención
eminentemente práctico; en otras ocasiones prefieren emplear el término “modelos”
por considerar que la estructura teórica permite interpretar el proceso de forma
mucho más amplia, esto es, atendiendo a otras dimensiones que van mucho más allá
del aspecto técnico.
Tal como se indica en la tabla 3, existen hasta seis bloques de modelos o enfoques:
el basado en la teoría de rasgos y factores, los basados en la dinámica de la estructura
de la personalidad, el evolutivo, los que se basan en el proceso de toma de
decisiones y el basado en factores sociológicos y contextuales.
A continuación se abordan los enfoques que históricamente se han considerado clásicos
en el ámbito de la orientación académico-profesional. Se derivan directamente
de los seis bloques generales de los que se extraen coincidencias a partir del análisis
de las clasificaciones de distintos autores y autoras.

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